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Publicado el 7 de diciembre de 2022, 11:25

Un total de 43 personas participaron en los talleres puestos en marcha por la Consejería de Políticas Sociales dirigidos a mejorar la calidad de vida de las personas que se dedican al cuidado de personas con necesidades especiales. Esta actividad se llevó a todo el territorio insular, con el objetivo de potenciar los espacios grupales de autocuidado y de bienestar emocional.

 

Se realizaron cinco encuentros de una duración de 2 horas a lo largo de toda la Isla, teniendo en cuenta las cinco zonas básicas de salud: Antigua-Betancuria, La Oliva, Pájara, Puerto del Rosario y Tuineje.

 

Desde la Consejería de Políticas Sociales, que dirige Adargoma Hernández, se considera la labor de las personas cuidadoras como altamente vital y necesaria en la sociedad. Esta relación suele darse porque existe un lazo familiar y algún tipo de vínculo entre la persona que cuida y la que recibe los cuidados. Las relaciones de cuidado y ayuda suelen alargarse en el tiempo, generan cambios y dificultades en las dinámicas socio-familiares y afectan a la salud socioemocional de todas las personas implicadas.

 

Por todo ello, desde los talleres se han generado espacios grupales de autocuidado y acompañamiento para las personas cuidadoras, y se han recogido sus demandas para que, en la medida de lo posible, obtengan respuesta por parte de las entidades públicas.

 

Para el desarrollo de actividades, se estableció una coordinación previa con los diferentes departamentos de servicios sociales municipales, los profesionales de las distintas zonas básicas de salud, y la implicación de asociaciones como Affa, Asomasamen o Adivia.  

 

 

Según el consejero Adargoma Hernández, “el proyecto cobra mayor fuerza y llega a más personas si existe una coordinación con todos los recursos de la Isla que se dedican a trabajar con el colectivo de personas que cuidan. Esto ayudará a tener un mayor conocimiento de la realidad y apoyarse para mejorar lo que ya se está realizando”.

 

De las 46 personas participantes, 36 fueron mujeres y 7 hombres. La formación se adaptó a cada una de las zonas básicas de salud anteriormente mencionadas, según sus necesidades. Por ejemplo, en Morro Jable se apoyó el inicio del nuevo grupo de acompañamiento a personas cuidadoras, mientras que en Puerto del Rosario el objetivo fue reactivar el grupo ya existente y que funcionaba con regularidad antes de la pandemia. En las zonas de La Oliva y Tuineje, el objetivo fue apoyar los respectivos grupos de personas cuidadoras que han comenzado a funcionar recientemente.

 

A lo largo del itinerario de los talleres, se ha concluido que las personas cuidadoras se sienten solas, desinformadas y en “una montaña rusa de emociones” al sentir miedo a no hacerlo bien, a hacer daño al paciente y por la situación que presentan las personas que cuidan. También sienten que no disponen de espacios relacionales, de respiro, ocio y tiempo libre. Por todos estos motivos, las personas cuidadoras piden atención psicológica continuada, más información acerca de la enfermedad de las personas que cuidan. Se demandan también grupos de acompañamiento de escucha y apoyo, así como en los procesos de duelo cuando fallece la persona, además de orientación y asesoramiento acerca de sus derechos y la de los pacientes, entre otras necesidades.

 

La intención de la Consejería de Políticas Sociales es seguir promoviendo este tipo de talleres y actividades para personas cuidadoras, siguiendo las peticiones descritas como posibles líneas de trabajo y de acción.


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