El portavoz de CONTIGO TUINEJE,José Manuel Quintana, expone que, Defenderse ante los ataques forma parte de la naturaleza humana. No cuesta imaginar a unos niños discutiendo en el patio del colegio, a una pareja lanzándose reproches o al gobierno y la oposición de TUINEJE cruzando acusaciones en unos medio de comunicación . Este mecanismo está presente en la familia, en el trabajo, entre amigos y, con especial fuerza, en la política. Me refiero al famoso “y tú más”, que hoy se ha convertido en el recurso favorito de muchos de nuestros representantes públicos en el municipio de TUINEJE. Esta expresión, en cualquier ámbito, actúa como una reacción defensiva: desvía la atención hacia el otro para evitar asumir responsabilidades. En lugar de responder a una crítica con argumentos o soluciones, se recurre al pasado o a los errores del adversario para eludir el presente. Sin embargo, creo que somos conscientes de que apuntar los errores del otro no borra los propios,comenta José Manuel."En política, esta táctica ha dejado de ser puntual para convertirse en estructural. Ante cualquier escándalo o error, la respuesta inmediata no es asumir la responsabilidad, sino atacar al rival con hechos del pasado. Se normaliza una conversación pública anclada en el barro de reproches cruzados, incapaz de mirar hacia adelante en un municipio tan abandonado como esta TUINEJE, Ese “y tú más” bloquea el diálogo, borra la autocrítica y vacía, en gran parte, la política de soluciones. Desde el punto de vista del portavoz de la formación política CONTIGO TUINEJE, La política, así, se reduce a una batalla de lealtades en la que lo importante no es solucionar problemas, sino derrotar al otro. En este clima, la exigencia democrática desaparece y la confrontación se convierte en espectáculo. El debate público se empobrece, se trivializa y pierde relevancia para la ciudadanía. Cuando los representantes se dedican más a lanzarse reproches que a ofrecer respuestas concretas, la mayoría de los votantes se sienten ajenos a una discusión estéril que no mejora su vida. El “y tú más” convierte al ciudadano en espectador pasivo, no en protagonista crítico. Y ese vacío también alimenta el desencanto, la desafección y se convierte en terreno fértil del populismo.
“No puedes ganar una discusión insultando al oponente”. Y tampoco se puede construir democracia sin asumir errores. Si todo se justifica por lo que hizo otro antes, nadie rinde cuentas. La política se convierte entonces en un juego de espejos donde los fallos no tienen dueño y la autocrítica desaparece. Pero sin responsabilidad no hay confianza, y sin confianza, la democracia se resquebraja.
Para José Manuel, no se trata de ignorar el pasado ni de renunciar a la crítica, ambas cosas son necesarias, sino de elevar el nivel del debate. De asumir errores propios, ofrecer propuestas y centrarse en el bien común. “El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación”. Quizá sobren de los primeros y falten más de los segundos.
La responsabilidad es el precio de la libertad. Es hora de dejar atrás el “y tú más”. No como señal de ingenuidad o rendición, sino como un acto valiente de compromiso democrático. Solo si sustituimos el reproche por la rendición de cuentas, y la soberbia por la humildad, podremos recuperar el valor del diálogo y reconstruir un debate público.
Ese cambio no depende solo de los líderes políticos, sino también de nosotros: de cómo debatimos, a quién premiamos y qué estamos dispuestos a tolerar. Quizá no podamos cambiar la política de hoy de un plumazo, pero sí cambiar la conversación que la sustenta.
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